viernes, 14 de octubre de 2016

Noches sin dormir - Elvira Lindo

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Tras la lectura de Noches sin dormir me he dado cuenta de que a Elvira Lindo se le toma poco en serio. No todo lo que se debiera. O no se le supone tanto prestigio como a otras. Al menos, no por el gran público.

Pienso y barajo varios motivos. Uno: la sombra de Manolito es larga. Aunque me niego a pensar que se le considere una escritora menor por firmar obras infantiles cuando es una literatura más compleja. Por desgracia sucede, por el desconocimiento de muchos y aquellos que sólo leen “literatura de calidad y transcendente”. En cualquier caso, también ha escrito novelas de éxito para el lector adulto. 

Dos: no se ha definido radicalmente por un campo y fluctúa entre varios. Cuestión que reconoce ella misma, y de la que no se arrepiente.

«No sé lo que soy ni lo que he sido. Locutora y guionista de radio, guionista de tele, guionista de cine, escritora, columnista. A esto hay quien añade “actriz ocasional”. Soy consciente, eso sí, de que no ha sido bueno para mí dispersarme en tantos oficios, porque he acabado diluyéndome. […] Creo que nadie me acaba de considerar de un gremio. Ni del cine ni de la literatura ni de la radio».


Me atrevo a pensar en la posibilidad de que si esta situación fuese la de un hombre, las consideraciones para con dicho escritor serían diferentes. Positivas. Pero esto ya es otro debate mucho más polémico y jugoso.

Tres: no se asoma con excesiva frecuencia ni frenesí para promocionar sus novelas. Decisión suya. Y está en su derecho, tanto como tiene un buen argumento para no hacerlo. Pero mucho me temo que en la sociedad actual las promociones full time pesan mucho.

«No me gusta promocionar mi obra aunque sea a costa de que se pudra en el olvido. Que se pudra. También me cargan los escritores que viven para promocionar la suya. Soy una rara en este mundo de la escritura. Prefiere vivir a perder el tiempo hablando de lo que ya he hecho. Prefiero la vida, decía Chéjov».

Para más inri, me sorprendo hace unos días con un comentario-tuit que la describe, únicamente, como “mujer de”. (Imaginen aquí un emoticono ojiplático) Yo, hace poco que me enteré de quién era su marido. De hecho, gracias a Manolito Gafotas, conocí mucho antes a Elvira Lindo que a Antonio Muñoz Molina (el marido, por cierto). ¿O qué leían ustedes con nueve años?

Enumerar aquí alguno de los premios con los que ha sido reconocida a lo largo de su carrera, como el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil (1998), Premio Biblioteca Breve (Una palabra tuya, 2005) o el Premio Atlántida del Gremio de Editores de Cataluña (2009); podría entenderse como una muestra de titulitis aguda. Además, lo destacable de la literatura de Elvira Lindo no son los títulos.

Se puede empezar hablando de esa habilidad para mimetizarse con sus personajes que hace de sus historias cien por cien realidad, cien por cien realismo, cien por cien verdad. El narrador brilla por su ausencia y son sus protagonistas, sus personajes, quienes toman la palabra y las riendas. Pero aunque ausente, sobresale la pericia en el domino de la narración, para con el humor y la ironía, el dramatismo desdramatizado, o no, y la nostalgia. En definitiva, para involucrar al lector.

Sobre realismo y verdad está hecho este libro. El diario de su último invierno en Nueva York, Noches sin dormir. Una especie de monólogo interior llevado a sus últimas consecuencias. El desnudamiento de su autora. La demostración de Elvira Lindo de ese don suyo que es hacer de la sencillez algo sublime. Un testimonio de calado, sobre lo cotidiano y lo humano. Anécdotas y experiencias de diez años viviendo en la ciudad de los rascacielos. Desde su encuentro con Colm Tóibín, a asistir a un mitin de Pablo Iglesias. Referencias literarias y cinematográficas y, por supuesto, personales. Muy personales, y con las que el lector se podrá sentir identificado.

«Días de frío y recogimiento, y noches de insomnio creativo», donde se abre al lector como si fuera un viejo conocido. Un ejercicio de sinceridad que convierte este libro en la mejor compañía.
«La escritura siempre ha de ser valiente, aunque a costa de eso una se muestre desnuda».
NOCHES SIN DORMIR
Elvira Lindo
Seix Barral, 2015
224 Págs.


2 comentarios :

  1. Aún no he leído nada de la literatura "adulta" de Eliva Lindo, a quien tuve el placer de conocer hace unos años en la Universidad de Cádiz, pero sigo su columna del país y la escucho a veces en la cadena ser y sé que es maravillosa. Tengo que leer sus novelas adultas porque estoy segura que me gustarán. Un saludo!

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  2. Si sigues la sigues en El País, seguro que te gusta este libro. Puedes empezar por aquí. Se lee muy fácil.

    Gracias por comentar en el blog, Alejandra. Que tengas buena semana.

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