Leer por obligación es uno de los errores más comunes e ineficaces para fomentar la lectura. Simplemente, es uno de los errores sublimes que pueden cometerse contra éste placer. Leer debe ser disfutar, y la obligación por definición anula dicho placer. Sin embargo, ya metidos en esta vorágine, hay autores que deben leerse por deber y responsabilidad. Carlos Fuentes es uno de ellos. Por su figura y por su obra, siendo la una tan importante como la otra.
Su obra abarca desde el cuento al ensayo pasando por la novela y el teatro. La lista de reconocimientos y galardones están extensa como importante. Destacaremos el Príncipe de Asturias, Legión de Honor del Gobierno Francés, Premio Nacional de Ciencias y Artes en Lingüística y Literatura, Premio Miguel de Cervantes, Orden de la Independencia cultural Rubén Darío, concedido por el gobierno sandinista, Medalla Rectoral de la Universidad de Chile (1991), Condecoración con la Orden al Mérito de Chile, Premio Picasso de la UNESCO, Premio de la Real Academia Española, Gran Cruz de la Orden de Isabel La Católica y el Premio Internacional Don Quijote de la Mancha, entre otros muchos. Mención aparte los doctorados honoris causa de las universidades de Harvard, Cambridge, Essex, Nacional Autónoma de México, Salamanca, Freie Univertät Berlín, Veracruz, Baleares y Puerto Rico, entre otras. La voluntad y la fortuna es una obra compleja, un alarde narrativo, creativo y de crítica social.
Carlos Fuentes (1928-2012) es uno de los máximos exponentes de la literatura mexicana. Intelectual e hijo de diplomático, desde su juventud viajó por diferentes países y eso le confeccionó una cultura cosmopolita. Crítico social y político que se ha visto reflejado en sus ensayos y artículos periodísticos. Ha escrito en The New York Times, Diario 16, El País y ABC. Su bibliografía comprende una obra extensa, con variedad de géneros y trabajos. No sólo se ha dedicado a la ficción, sino que la crítica, el activismo político, y el ensayo como género, han ocupado una faceta importante y definido su personaje de intelectual.
La voluntad y la fortuna mezcla la crítica social con la ficción. Una novela densa y compleja desde el propio planteamiento narrativo. Es el relato de la cabeza decapitada de Josué Nadal. Un joven huérfano que en el colegio entabló una férrea amistad con Jericó. Con los dos chicos como eje se desarrolla el relato desde su infancia, desembocando una fábula de Caín y Abel. Una narración que se enrebesa, y compleja (en exceso) donde la crítica a la sociedad mexicana contemporánea marcan el tema. Corrupción, delincuencia, tráfico....
Si decía del deber de leer al menos una obra de Carlos Fuentes, ésta requerirá la máxima concentración y atención del lector. Definirla no es sólo complicado sino que sería un error. Es desconcertante y ponerle una etiqueta sería prejuiciarla. ¿Qué es? Cada lector deberá sacar su propia conclusion. Un esfuerzo máximo su lectura que será recompensado con una muestra sublime de las dotes creativas y narrativas del autor. Introducir con destreza el ensayo en la novela de ficción sin esfuerzo, y sin que ninguna de las partes se vea perjudicada.
Una "novela iniciática" no apta para lectores iniciáticos.
"Vi lo que es el poder: una mirada de tigre que te hace bajar los ojos y sentir miedo y vergüenza".
Contraportada:
Lamida por mansas olas nocturnas en una playa del Pacífico, la cabeza cortada de Josué Nadal cuenta, recuerda, divaga. Sabe que es la número mil en lo que va de año y que gobierna la delincuencia (traficante o corporativa) con tal cinismo que incluso se celebra el mal como si fuera el bien de la voluntad y la fortuna. En México no hay tragedia: todo se vuelve telenovela.
LA VOLUNTAD Y LA FORTUNA
Carlos Fuentes
Alfaguara, 2008
560 Págs.
Pues yo no sólo no he leído al autor sino que además no le conocía más que de oídas. Pero visto lo visto, habrá que ponerle remedio a eso.
ResponderEliminarBesos.
Esta es la única novela que he leído suya y me pareció muy compleja. No tengo referencias de las demás, pero esta es para leer con calma y concentrada.
EliminarUn saludo Mara!
No he leído nada del autor y de momento me parece que voy a dejarlo pasar, no es momento para una lectura que requiera tanta atención. Besos
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