La edad de la ira - Fernando J. López

¿Para qué existe la literatura? Para disfrutarla, entretener... La lista puede ser infinita y podemos confeccionarla entre todos. Sería una buena idea. Hay veces que la literatura sirve para poner sobre la mesa un problema de la sociedad y provocar la reflexión sobre ello. Sucesos que existen pero que apenas tienen espacio en los medios comunicación. Hablo de bullying, videos en redes sociales humillando a profesores, acoso, violencia, homofobia, fracaso escolar... La literatura puede sacar a la luz estas situaciones, cotidianas, en una historia que a la par de entretener provoque el análisis en el subconsciente, o consciente, del lector. No es algo inusual este tipo de novela, se ha hecho muchas veces. Pero, eso sí, señalando víctimas y verdugos. Indicando al lector dónde posicionarse y hacia dónde dirigir su punto de vista. La diferencia de La edad de la ira es que nos presenta una historia desde todas las perspectivas posibles. Una coreografía de personajes y diferentes puntos de vista que sirven para que el lector se construya su propia conclusión. Una novela que nos acerca a las aulas para conocer, a través de un thriller, la edad de la ira. Lo que sucede en nuestra sociedad y muchas veces no vemos.

Fernando J. López (Barcelona, 1977) es profesor de literatura y una voz autoriza para escribir una historia como ésta dado que la conoce de primera mano. Es uno de los dramaturgos más importantes de su generación con varias obras estrenadas con éxito también fuera de España (actualmente en gira con De mutuo desacuerdo con Toni Acosta e Iñaki Miramón). Bloguero crítico y autor de otras novelas. La primera publicada con 19 años, In(h)armónicos (Premio Joven y Brillante 1996), Las vidas que inventamos, La inmortalidad del cangrejo (finalista Premios Ciudad de Badajoz y Río Manzanares) y dos relatos publicados en las antologías Generación Subway y Lo que no se dice. Destinadas al público juvenil, El reino de las tres lunas y próximamente Los nombres del fuego. La edad de la ira, editada también en Francia, fue Finalista del Premio Nadal 2010 y publicada en 2011. El año pasado la reeditó Booket dando la oportunidad a nuevos de lectores de conocerla. Entre ellos, la que suscribe.

Fernando J. López es un escritor que agrada a cualquiera al que le guste la literatura independientemente del contenido de la historia. Como he dicho en otras ocasiones, es un autor que domina el lenguaje, la escritura. Con tan sólo un par de páginas se aprecia que sabe escribir. Y con escribir no me refiero a juntar una palabra con otra. Quiero decir Escribir. Con mayúscula. En esta ocasión, destaca la destreza en cuanto a la estructura narrativa como ya pudimos disfrutar en Las vidas que inventamos. Pero aquí está sublime.

Marcos, un adolescente que ha matado a su padre con una máquina de escribir y dejado herido a uno de sus hermanos. Familiares, amigos y profesores de instituto estupefactos. Nadie se explica lo sucedido. Mucho menos que hiriera a uno de sus hermanos. Tampoco sabe nadie qué sucedió exactamente. Durante el juicio, Marcos guarda silencio cabizbajo, evita cualquier mirada. Es condenado y los medios de comunicación se ensañan con 'la mirada fría de un asesino'. Hay un periodista sin embargo que en esos ojos ve amargura. ¿Oculta algo? "¿Marcos callaba porque se sentía orgulloso de su crimen o porque ni siquiera era capaz de intentar explicar aquel horror?" Decide emprender su propia investigación e introducirse en el entorno de Marcos para hablar con las personas que le conocían. Se acerca a su instituto para hablar con compañeros y profesores, con uno de sus hermanos..., y tratar de recomponer un puzzle que saltó por los aires pillando a todos desprevenidos.

Santiago, que así se llama el periodista, se entrevista con cada una de las personas que de algún modo pasaron por la vida de Marcos. La novela recoge las entrevistas, redacciones o cartas que cada una de estas personas entregan a Santiago para la investigación, de modo que tenemos diferentes puntos de vista y una visión panorámica de las circunstancias donde cabe el bullying, acoso, homofobia, violencia, problemas de los adolescentes... El retrato de las aulas de hoy en día que viene a ser el reflejo de la sociedad. Tenemos así una novela meramente estructural con varias voces narrativas que permite al lector sacar sus propias conclusiones. Es una historia con sorpresa constante, que deja la puerta abierta para la reflexión gracias a esa magnífica gestión de la estructura. Es una novela para jóvenes y adultos que, sin duda alguna, merece la pena leer. Te atrapa, no sólo porque cada una de las situaciones que se relatan son reconocibles en la actualidad, sino porque el autor tiene la capacidad involucrarte en la investigación del periodista, angustiarte con lo que padece Marcos, y hacerte sentir. ¿Sentirte víctima? ¿Sentirte culpable?

A veces, la literatura sirve para esto. Para que la realidad nos explote en la cara y nos haga reaccionar. Fernando J. López: sobresaliente.

LA EDAD DE LA IRA

Fernando J. López

Booket, 2014

320 Págs.

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